Veraneando a menos de 1km de Francia, soy muy fan de los moules o mejillones franceses. Son muy pequeñitos y al mismo tiempo carnosos y sabrosos. Otro día compartiré con vosotros la receta de los mejillones con nata y cebolla que mi padre clavaba, pero hoy os presento otra que también merece mucho la pena. Simplemente con vino blanco del bueno y un poco de ajito. Queda una salsa buenísima que te dejará sin pan en la cocina.
Mejillones al vino blanco
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:
- 1½ kg de mejillones pequeños
- 2 dientes de ajo grandes
- Vino blanco seco (bueno)
COCINANDO:
- Lavar primero los mejillones. Para ello, ponerlos en un escurridor debajo del chorro de agua fría, coger puñados con las dos manos y frotarlos unos contra otros. Repetir la operación varias veces durante un par de minutos para conseguir que los mejillones suelten toda la arena.
- Aparte, si los mejillones tienen “barbas” (unos pelos pequeños que salen de la concha), hay que quitárselos tirando de ellos con fuerza hacia la parte más estrecha del mejillón.
- Por otro lado, picar los ajos muy finos, quitando el germen interior, que puede ser algo indigesto.
- En una sartén grande, donde quepan todos los mejillones sin amontonarse demasiado, poner a calentar un poco de aceite de oliva virgen extra.
- Cuando esté caliente, echar los ajos y freírlos unos segundos, sin que lleguen a cambiar de color. Incorporar los mejillones y remover bien para que se impregnen del aceite y de los ajos.
- Inmediatamente añadir un buen chorro de vino blanco. Para que quede una rica salsa, es importante que sea un buen vino blanco, preferiblemente el que vayas a tomar acompañando a los mejillones. En cuanto a la cantidad, los mejillones no deben quedar cubiertos, porque ellos mismos soltarán también su juguito; pero que sea un chorro generoso, y al menos el fondo de la sartén quede cubierta con un dedo de grosor.
- Poner el fuego medio fuerte, y cogiendo la sartén por el mango, moverla de tal manera que los mejillones se golpeen unos contra otros.
- A medida que se vayan abriendo, se pueden ir retirando con unas pinzas, para que no se hagan demasiado.
- En el último momento, volver a incorporar los mejillones retirados y darle un último golpe de calor.
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