No todas las recetas tienen que ser de grandes platos protagonistas. Puede ocurrir que nos curremos un platazo, pero que luego quede deslucido por no ir acompañado de una buena guarnición. Estas pequeñas cebollas francesas caramelizadas o glaseadas pueden ser lo que estás buscando. Son muy fáciles de hacer (casi lo más “complicado” es pelarlas), le van a muchos tipos de carne o pescado y ¡están buenísimas!

Cebollitas glaseadas

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:

½ kg de cebollitas francesas (intenta que sean del mismo tamaño)
50g azúcar moreno
75g mantequilla
100ml de caldo de pollo
Agua

COCINANDO:

Pelar las cebollitas, quitando la piel y la primera capa si está fea o muy verde. Cortar un poco la base la punta superior. No cortarlo demasiado porque si no se pueden separar las capas y deshacer las cebollitas.
Un truco para pelarlas más rápido y fácil (sobre todo cuando vas a hacer muchas) es escaldarlas, metiéndolas medio minuto en agua hirviendo. Sacar e inmediatamente meter en un bol con agua fría. Antes de que se enfríen del todo pelarlas como una mandarina.
Otro truco para pelarlas: ¡Comprarlas peladas y al vacío!
Coger un cazo mediano, lo suficientemente grande para que quepan las cebollitas en la base sin amontonarse demasiado.
Poner un poco de mantequilla (20g) en el cazo con el chorrito de aceite y derretir a fuego medio. Añadir las cebollitas y freírlas a fuego medio-alto para que cojan un poco de color. Tardarán en dorarse unos 3-5 minutos.
Incorporar el resto de la mantequilla y esperar a que se derrita, moviendo de vez en cuando para que las cebollitas no se peguen ni se quemen.
Añadir el azúcar, remover bien para que las cebollitas se impregnen y esperar a que se disuelva un poco sin dejar de remover.
Incorporar el caldo y agua hasta que queden cubiertas. Puedes hacerlas con agua sólo, sin usar caldo, pero de esta manera quedarán más sabrosas.
Cocer a fuego medio con la tapa ladeada para que se vaya evaporando el líquido. No debe quedar sin nada de líquido en ningún momento, por lo que se puede añadir más agua si hace falta.
Voltear las cebollas de vez en cuando y retirarlas a medida que estén blandas.