
He de reconocer que al tener una madre celiaca, en mi casa nunca se han tomado muchos de los dulces tradicionales españoles. Torrijas, leche frita, rosquillas, huesos de santo… Todas esas cosas en mi casa no se destilaban. Yo también he sido siempre más de salado (esto está cambiando con los años), y no me llamaban mucho la atención. Pero ahora con el blog me he puesto las pilas para aprender a hacer cosas nuevas y me he dado cuenta de lo que me había perdido durante todos estos años. Entre otras, las flores fritas o flores manchegas, que he aprendido a hacer este año y se han colado ya en mi repertorio para todas las semanas santas!!! Crujientes, finitas, ligeramente dulces, y nada difíciles de hacer como puede parecer.
Flores fritas

INGREDIENTES:
- 2 huevos
- 30g azúcar
- 300g leche entera
- 200g harina
- 1 cucharadita canela
- Ralladura 1 naranja
- 1 pizca de sal
- 20g licor anís
COCINANDO:
- Poner todos los ingredientes en un vaso de batidora. Batir a velocidad mínima para que no haya demasiadas burbujas. Tiene que quedar como una papilla fina bastante líquida.
- Dejar reposar mínimo media hora en la nevera, para que esté fría y se vayan las burbujas que se hayan podido formar. Se puede incluso dejar un día entero sin que se estropee.
- Poner un cazo al fuego con abundante aceite (de girasol para que no le de sabor). El cazo debe ser lo suficientemente grande para que quepa con facilidad el molde de flor.
- Esperar a que el aceite se caliente hasta los 205-210 grados aproximadamente, midiéndolo con termómetro de sonda. Esta es la teoría, aunque reconozco que a mí me salen mejor cuando las hago a temperatura un poco más baja (190 grados aproximadamente).
- Mientras se calienta el aceite, hay que dejar el molde dentro del cazo, para que esté bien caliente para hacer las flores y lubricado con aceite. Si no está así, la masa no se pegará al molde y será imposible freír las flores.
- Las flores hay que freírlas con movimientos rápidos y precisos. Cuando el aceite llegue a la temperatura que hace falta, meter el molde en la masa, que empezará a crepitar un poco al entrar en contacto con el molde caliente, y así se adherirá a él.
- Rápidamente hay que volver a meter el molde en el aceite, dejándolo sin mover hasta que paren de salir burbujas de la fritura. En ese momento, se puede empezar a subir el molde con cuidado y la flor se despegará del mismo. Si se queda pegada por algún lado, se puede dar un pequeño golpe para que se suelte, o ayudarla con la punta de un cuchillo intentando no rayarlo.
- Una vez retirado el molde, hay que dar la vuelta a la flor con cuidado y la ayuda de un par de tenedores. Terminar de freírla por el segundo lado, y sacarla a un papel absorbente para retirar todo el aceite sobrante.
- Antes de que se enfríe, espolvorear por ambos lados con azúcar (opcionalmente mezclada con un poco de canela).
- Es posible que las primeras flores no salgan bonitas de forma o se queden un poco pegadas, pero a medida que el molde se vaya curando, y de que cojas práctica, irán saliendo sin mucho problema.
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