Aquí va otra receta que surge de un reto de instagram. En concreto uno de cocinando sabores, que nos ha propuesto estas Navidades hacer dulces navideños caseros. No había mejor excusa para aprender recetas nuevas, y yo tenía ganas de intentar hacer polvorones. La verdad es que a mí nunca me han entusiasmado, pero en casa sí gustan mucho y quería probar a hacerlos. Me decanté por una receta del blog del invitado de invierno y ¡¡están espectaculares!!! Mi opinión sobre los polvorones ha cambiado, y a partir de ahora van a ser un imprescindible en mis Navidades.
Polvorones caseros
INGREDIENTES (30 UNIDADES):
- 500g harina repostería
- 250g manteca
- 200g azúcar glass
- 120g almendra
- ½ cucharadita canela molida
- 1 pellizco de sal
COCINANDO:
- Empezar tostando la harina, que es lo que caracteriza a los polvorones y los diferencia de los mantecados:
- Extenderla sobre una bandeja de horno y meterla a 180º sin aire durante 15 minutos aproximadamente, hasta que coja un ligero color tostado.
- Abrir el horno de vez en cuando y remover para que se tueste uniformemente.
- Tamizar y reservar en un bol grande
- Continuar tostando las almendras. Ponerlas en el horno a la misma temperatura durante 8 o 10 minutos hasta que se doren, sin quemarse.
- Esperar a que las almendras se enfríen y triturarlas hasta hacerlas harina.
- En el bol con la harina reservada añadir la almendra molida, el azúcar glass, la manteca a temperatura ambiente, la canela y la sal.
- Mezclar bien hasta obtener una masa homogénea que apenas se pega a los dedos.
- Envolver en papel film y dejar enfriar media hora en la nevera.
- Enharinar la encimera, extender sobre ella la masa con la ayuda de un rodillo, hasta que tenga un grosor de 1cm aproximadamente.
- Cortar los polvorones con el cortador que hayamos elegido y colocarlos encima de la bandeja de horno con papel de hornear.
- Cocer los polvorones a 210º durante unos 10-12 minutos. Estarán listos cuando los bordes empiezan a tostarse. Pero hay que tener cuidado porque en cuanto se cuecen se pueden quemar enseguida y sabrían amargos.
- Pasarlos a una rejilla en el propio papel de hornear, porque son muy frágiles cuando están calientes y podrían romperse si se trasladan individualmente. Dejar enfriar por completo en la rejilla.
- Una vez fríos, envolverlos en los papeles con mucho cuidado para que no se rompan.
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