Este es el tipo de receta que muchos diréis: “y para qué perder el tiempo si lo tengo en la sección de congelados?” Pues no es lo mismooooo. Estos Nuggets están mucho más buenos que cualquiera preparado, son muy entretenidos de hacer, y la satisfacción de que sean tuyos… A mí me han resuelto el verano, porque los he llevado muchas veces a la playa o piscina para que comiesen algo fácil y rico y no estar con las prisas de volver a casa. Lo único malo, que no quedan muy bien al horno, pero estoy en ello, a ver cómo lo soluciono. ¡Cuando lo descubra os lo comparto!

Nuggets de pollo

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS:

400g pollo picado
3 rebanadas pan bimbo sin corteza
100g philadelphia
100g leche
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de ajo en polvo
Harina, huevo y pan rallado crujiente

COCINANDO:

Hay que pedir al carnicero que pique el pollo, pero no todos quieren hacerlo, así que se puede picar en casa si tienes una buena procesadora de alimentos o batidora tipo Thermomix. Partir las pechugas en trozos medianos y meterlas en el congelador aproximadamente 30-40 minutos. Triturar durante 10 segundos a velocidad media (5 en Thermomix). Mantener en frío.
En un bol pequeño poner las rebanadas de pan bimbo desmenuzadas y cubrirlas con la leche. Con los dedos deshacer las rebanadas hasta que se empapen bien.
En otro bol más grande poner la carne picada, el pan bimbo con leche y el resto de ingredientes (Philadelphia, sal y ajo en polvo).
Mezclar con un tenedor hasta que quede todo homogéneo. Meter en la nevera para que se enfríe un poco, se pueda manipular mejor y no se pegue a los dedos al trabajarla.
Preparar un plato con harina, otro con pan rallado y otro con huevo batido. Como truco, se puede colar el huevo batido para que quede más fino y no se formen grumos al rebozar.
Con las manos un poco manchadas de aceite, coger porciones pequeñas de la mezcla de carne (una cuchara medidora) y darle forma de nugget (un huevo aplanado). Pasarlas por harina, luego por el huevo batido y por último por el pan crujiente.
Colocar todos los nuggets en una fuente o bandeja que quepa en el congelador, sobre un papel film para que luego no se peguen.
Dejar secar un poco antes de meter en el congelador para que no se humedezca el rebozado.
Descongelar un poco antes de freír en abundante aceite caliente.