Conseguir una mousse de chocolate perfecta y esponjosa no es tan difícil como a veces parece. Desde luego con esta receta sale clavada, y con un sabor dulce e intenso que por lo menos a mí me encanta. Es realmente una receta de un libro muy antiguo de la Thermomix que se puede hacer perfectamente a mano como también te indico a continuación. Eso sí, yo te recomiendo subir las claras con amasadora o una batidora de varillas, porque en mi opinión queda mejor montada que en la thermomix y esto es clave para conseguir esa textura tan aireada.
Mousse de chocolate perfecta
INGREDIENTES:
- 300g chocolate postres
- 100g azúcar
- 6 huevos
- 200g leche
- 150g mantequilla
- Unas gotas zumo limón
- Sal
COCINANDO:
- Para hacer la crema de chocolate con Thermomix:
- Poner en el vaso la leche, las yemas, la mantequilla y el azúcar. Programar 5 minutos a 80º y velocidad 4.
- Añadir el chocolate troceado, esperar a que se derrita un poco y triturar durante 15 segundos a velocidad 6.
- Para hacer esta misma crema pero a mano:
- Poner en un cazo la leche, las yemas, la mantequilla y el azúcar. Llevar al fuego durante unos minutos removiendo bien para que se integre todo, y teniendo cuidado de que la leche no coja demasiada temperatura y se salga del cazo.
- Apartar el cazo del fuego. Añadir el chocolate derretido al baño maría y mezclar bien.
- Verter en un recipiente y dejar enfriar.
- Por otro lado, montar las claras reservadas agregando unas gotas de limón y un pellizco de sal. Hay que montarlas hasta que estén bien firmes.
- Ya te he comentado que para que la mousse quede esponjosa esto es preferible hacerlo con una batidora de varillas, pero si prefieres hacerlo con la Thermomix tendrás que limpiar y secar muy bien el vaso, esperar a que se enfríe, poner la mariposa en las cuchillas y programar 5 o 6 minutos a velocidad 3.
- Para terminar, en un bol grande mezclar las claras con la crema de chocolate. Hacerlo con movimientos envolventes de arriba a abajo, e intentando que las claras no se bajen.
- Colocar la mousse en una fuente grande, en cuencos pequeños o en el recipiente que más te apetezca. Dejar enfriar durante varias horas en la nevera, preferiblemente de un día para otro.
- Un poquito antes de consumir es mejor sacarla de la nevera para que no esté demasiado fría ni dura. Así quedará perfectamente esponjosa.
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