
Los que vivimos o veraneamos cerca del País Vasco francés seguro que hemos probado más de una vez los “moules à la crème”, que son mejillones de roca pequeños con salsa de nata y cebolla. Gracias a mi padre, una de mis dos grandes inspiraciones en la cocina, hoy comparto con vosotros esta rica receta. Sencillos, ricos y distintos, una vez que los pruebes querrás repetir seguro. Lo único importante es conseguir estos mejilloncitos pequeños, así que ponte de camino al mercado y ¡¡a cocinar!!
Mejillones con nata

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:
- 1kg mejillones de roca pequeños
- ½ cebolla grande
- Nata liquida para cocinar
- Un chorrito de vino blanco
- Sal y pimienta
COCINANDO:
- Lavar primero los mejillones, poniéndolos en un escurridor debajo del chorro de agua fría. Coger puñados con las dos manos y frotarlos unos contra otros. Repetir la operación varias veces durante un par de minutos para conseguir que los mejillones suelten toda la arena.
- Aparte, si los mejillones tienen “barbas” (unos pelos pequeños que salen de la concha), hay que quitárselos tirando de ellos con fuerza hacia la parte más estrecha del mejillón.
- Poner los mejillones en una olla. Lo preferible es que sea ancha y baja para que los mejillones no estén demasiado amontonados y tengan espacio para abrirse.
- Rociarlos con un chorrito de vino blanco, poner al fuego medio y esperar hasta que se vayan abriendo. Se puede sacudir un poco la olla de vez en cuando para que se golpeen unos contra otros y así se abran mejor.
- Para que no se hagan demasiado y se queden gomosos, yo suelo ir retirando con unas pinzas los mejillones a medida que se van abriendo.
- Una vez que están todos abiertos, se reservan los mejillones fuera del fuego.
- Reservar también el líquido que queda en la olla, que es una mezcla del propio líquido que han soltado los mejillones y del vino blanco que habíamos incorporado.
- Al mismo tiempo, pelar y picar la cebolla muy fina.
- Ponerla en una sartén con un poco de aceite y pochar lentamente, hasta que se quede blandita y translúcida. Añadir un poco de sal.
- Cuando esté suficientemente pochada, añadir la nata y bajar el fuego al mínimo, ya que si se calienta demasiado es posible que se cuaje y se generen grumos.
- Añadir a la salsa un poco del líquido que habíamos reservado, sal y pimienta al gusto. Se puede añadir todo el líquido que se quiera, porque sabe a vino y a mar, pero ¡¡No te pases que tiene que saber a nata también!!
- En la misma olla anterior volver a colocar los mejillones reservados. Echarles por encima la salsa caliente y mezclarlo todo bien para que se impregnen con ella por todas partes.
- Dejar los mejillones en la salsa un par de minutos. Lo justo para que tomen temperatura, pero recuerda que las salsas de nata son muy delicadas y si les das demasiado calor se pueden estropear.
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