¿Quién no ha tenido infancia con huesitos? Desde luego este es uno de los sabores que más me transportan a mi niñez, y cómo no, tenía que intentar hacerlos. Me sorprendió ver que eran mucho más fáciles de lo que pensaba, y además de sabor bastante parecido. Lo único que es un poco más difícil es la cobertura de chocolate, que al menos la que hago yo es bastante de por casa, sin atemperar ni nada, y se derrite fuera de la nevera, pero la solución es simplemente conservarlos en la nevera y así están también de muerte. Cuando aprenda a atemperar, también os lo cuento… 😉
Huesitos
INGREDIENTES:
- 12 obleas de repostería (como barquillo)
- 1 bote de nocilla o nutella
- 200-250g chocolate
- 15-20g aceite de girasol
COCINANDO:
- Cortar seis obleas en rectángulos de 15cm x 18cm. Cortar las seis obleas a la vez para que tengan exactamente la misma forma y tamaño. Lo mejor es cortarlas con un cuchillo largo de sierra (el de cortar pan, por ejemplo), pero sin serrar. Para evitar que se rompan, apretar hacia abajo con el cuchillo sin hacer movimientos hacia alante y hacia atrás.
- Untar finalmente de nocilla una primera capa de oblea y cubrirla con una segunda capa. Repetir la operación hasta tener una torre de seis obleas que empieza y acaba en oblea.
- Hacer la misma operación con las seis obleas restantes, obteniendo dos torres de oblea y nocilla.
- Dejar ambas en la nevera hasta que la nocilla se endurezca (30 minutos).
- Luego cortar en rectángulos más pequeños de 3cm x 9cm, con la misma técnica que antes: cuchillo de sierra, pero cortar de arriba abajo sin serrar. De cada torre de 15cmx18cm salen 10 unidades.
- Volver a meter a la nevera mientras se va preparando la cobertura.
- Poner el chocolate con el aceite al micro o al baño maría hasta que esté derretido. Mover cada poco tiempo para que no se queme. En caso de hacerlo en el microondas sacarlo cada 30 segundos y remover bien para que el calor vaya cogiéndose por todos lados por igual.
- Para cubrir los huesitos de chocolate sin que se desperdicie chocolate, lo mejor es poner el chocolate derretido en un tupper u otro recipiente plano que no sea mucho más grande que el huesito.
- Coger el huesito por las dos tapas como si los dedos fuesen una pinza y meterlo en el chocolate por los cuatro lados.
- Mojar también una de las tapas y dejar la otra sin chocolate, para que no se pegue al dejarlo encima de la rejilla.
- Colocarlo encima de una rejilla (cualquier plato o fuente en su defecto) y meterlos todos a la nevera para que el chocolate se enfríe y se endurezca.
- Sacarlos de la nevera, cogerlos con cuidado y bañar la tapa que falta. Colocarlos en la rejilla de nuevo con la tapa húmeda hacia arriba y volver a meter en la nevera. Si el chocolate se ha endurecido en el proceso se puede poner otro poco al baño maría para que se vuelva a derretir.
- Con el chocolate sobrante después de cubrir todas las tapas se pueden hacer decoraciones en forma de hijo o lo que sea.
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