Llego por los pelos a publicar la receta de esta semana, pero quería compartirla sin falta por si os animabais a hacerla este fin de semana. Y es que ¿Quién no ha ido nunca a tomar cordero a Segovia? Es un plato que me encanta y que, hasta hace poco, nunca se me había ocurrido hacer en casa, porque pensaba que no saldría bien. ¡Estaba muy equivocada! No te voy a engañar ni decir que sale igual que los que hacen en hornos de piedra, pero está buenísimo. Y lo mejor de todo es que se hace solo y es perfecto para una cena o comida en la que no tengas demasiado tiempo para preparar cosas. Puedes servirlo con patatas panadera pero, para mí, ¡fundamental acompañarlo también con una buena ensalada verde que desengrase!
Cordero asado
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:
- 2 piernas de cordero lechal
- 1 cabeza de ajo
- Vino blanco para cocinar
- Agua
COCINANDO:
- Precalentar el horno a 190º con calor arriba y abajo.
- Salpimentar las patas de cordero y colocarlas en la bandeja de horno. Utiliza si tienes una fuente para asar con rejilla (la de IKEA es muy típica). Así quedará la piel dorada y crujiente pero no se ablandará con la salsa que va cayendo abajo a medida que se cocina.
- Colocar en la fuente una cabeza de ajo entera en una esquina, sin pelar. Esto no es indispensable ni va a afectar al sabor del cordero, pero se asarán los ajos lentamente y quedan muy bien como acompañamiento.
- En una jarrita o similar, del tamaño de un vaso de agua, poner agua y un buen chorro de vino blanco para cocinar (tipo “El guiso”).
- Rociar con la mitad de la mezcla anterior las patas de cordero.
- Meter la fuente del horno a media altura durante 1,5 horas aproximadamente. Es necesario darles la vuelta de vez en cuando (cada 15-20 minutos), y cada vez que lo hagamos rociarlas con el agua y el vino de antes. Cuando se acabe, se puede seguir rociando el cordero con agua solo.
- Abajo, en el fondo de la fuente, se irá formando una salsita con el líquido que añadimos y el jugo que suelta el propio lechal. Es importante que siempre haya salsa, así que habrá que añadir toda el agua que haga falta.
- Si en los últimos minutos las patas no están lo suficientemente doradas, subir un poco la temperatura para que se terminen de dorar.
- Sacar el cordero y la cabeza de ajo de la fuente de horno.
- Para terminar de hacer la salsa, frotar con una espátula o cuchara de madera el fondo de la fuente y así levantar la sustancia que se ha podido ir quedando pegada. Se puede añadir más agua si la salsa ha quedado escasa.
- Si el cordero es bueno, la sustancia que suelta es suficiente para hacer una salsa de muerte, así que no hace falta añadirle ajo, ni grasa de ningún tipo, aunque puedes hacerlo perfectamente si te gusta más así.
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