Cuando era pequeña no me gustaba demasiado el dulce. Prefería tomar salchichón o queso antes que cualquier bollo o galleta. Pero cuando llegaban estas fechas y en casa Carmen hacia “fichulillos” me volvía loca. Los buñuelos de viento, como los conoce el resto del mundo, son un dulce típico del día de Todos Los Santos. Consiste básicamente en una masa frita irresistible. Puedes optar por rellenarlos de nata, chocolate, crema o lo que quieras, pero a mí, solos, es decir, rellenos de viento, son los que más me gustan.
Buñuelos de todos los santos
INGREDIENTES (50 buñuelos):
- 250g agua
- 100g mantequilla
- 20g azúcar
- 5g sal
- 150g harina
- 10g levadura
- 4 huevos pequeños
COCINANDO:
- Mezclar la harina y la levadura. Tamizar y reservar.
- Poner un cazo al fuego con el agua, la mantequilla, la sal y el azúcar.
- Cuando rompa a hervir incorporar toda la harina reservado del tirón. Mezclar rápidamente con una cuchara de madera hasta que quede una masa integrada.
- Mover continuamente sin retirar del fuego, hasta que la masa empiece a sudar un poco y a despegarse de las paredes del cazo.
- Apagar el fuego y dejar reposar fuera del calor unos 5-10 minutos para que se atempere un poco.
- Añadir un huevo y mezclar bien hasta su completa incorporación.
- Ir añadiendo los otros tres huevos de uno a uno y siempre esperando a que la masa resultante quede totalmente homogénea. Una vez incorporado el último huevo, debe quedar una masa que se puede parecer a una crema pastelera espesa.
- Calentar una sartén con abundante aceite, preferiblemente de girasol para que no le aporte sabor. No debe estar demasiado caliente.
- Con una cucharita de postre coger pequeñas porciones de masa y depositarlas con cuidado en la sartén, ayudándonos con otra cuchara.
- Poner en el aceite unas cuantas bolitas de masa. Es mejor no poner demasiadas porque aumentan mucho de tamaño y se podrían acercar mucho las unas a las otras.
- Lo normal es que se vayan dando la vuelta solos a medida que se vayan haciendo, pero se puede ayudar, dándoles la vuelta de vez en cuando para que se hagan por todos lados.
- Retirar los buñuelos de la sartén, escurrirlos en un colador y ponerlos encima de papel de cocina para quitarle los restos de aceite.
- Se pueden tomar solos, buñuelos de aire, o puedes rellenarlos de muchas cosas diferentes. Yo os propongo hacerlo con nata y con trufa:
- Montar la nata con unas varillas o en amasadora (200g de más de 35% de grasa). Para que monte bien, tiene que estar muy fría. Incorporar un par de cucharadas soperas de azúcar glass cuando la nata empiece a tomar consistencia. Continuar batiendo hasta que monte del todo.
- Para la trufa, hay que seguir los mismos pasos anteriores, con la diferencia de que hay que incorporar además dos cucharadas de cacao en polvo, tipo valor, cuando la nata esté prácticamente montada.
- Meter el relleno en una manga pastelera con boquilla redonda pequeña y mantener en la nevera hasta que se vayan a rellenar.
- Hacer un pequeño agujero en cada buñuelo con unas tijeras. Meter por él la boquilla de la manga pastelera y rellenarlos con cuidado de que no se rompan. Una vez rellenos también tienen que conservarse en frío.
Comments