Hace unos meses fui a un restaurante medio israelí y argentino. Allí probé un plato que no puede ser más sencillo y del que aún no me he olvidado. Se trata del brócoli frito, que hecho de esta manera se queda tierno en las ramitas y crujiente en las parte superior de la flor. El sabor se realza muchísimo, y ya acompañado de unas ricas especias le da un toque muy original.

Brócoli frito con especias

INGREDIENTES:

1 cabeza de brócoli (250g aprox)
Aceite oliva
Especias Dukkah

COCINANDO:

Separar las flores del brócoli cortando las ramitas con la ayuda de una puntilla o cuchillo pequeño. Lo ideal es conseguir un tamaño de bocado o un poco mayor.
Reservar el tallo para otra preparación. Se puede pelar con un cuchillo, picar y poner en un bol con sal. Te sorprenderá lo rico que está así crudo.
Poner en un cazo o en la freidora aceite a no calentar y cuando alcance los 170 grados añadir y freír el brócoli por tandas. Hundir los arbolitos con una espumadera para que se frían por todos lados.
Retirar cuando estén bien tostados y ponerlos en un papel de cocina para que absorba el exceso de grasa.
Se puede hacer también al horno, en versión más healthy, aunque se pierde un poco el sabor del aceite. Si eliges esta opción calentarle horno a 250 metiendo dentro un pirex cubierto con un papel de aluminio. Poner luego las flores en un bol, añadir tres cucharadas de aceite y un poco de sal. Mezclar bien. Sacar la fuente del horno y extender en el las flores de manera que queden un poco separadas. Hornear 20 minutos, hasta que los bordes estén tostaditos.
Cuando el brócoli esté hecho, poner todas las flores en un bol, añadir las especias y mezclar para que se impregnen por casi todos lados.
Yo he usado Dukkah, que es una mezcla de especias de origen egipcio, como sésamo tostado, cilantro, comino, sal y algunos frutos secos molidos (almendras, avellanas…).