INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:

• 10 alcachofas medianas (varía la cantidad en función de su tamaño)
• 1 cuña de parmesano para rallar

COCINANDO:

1. Limpiar primero las alcachofas:
   • Quitar las hojas hasta que el capullo central sea de color amarillo.
   • Cortar el tallo dejando 2 dedos desde la base y pelarlo.
   • Quitar la punta dejando sólo el capullo que es más bien amarillo.
   • Partir por la mitad (o en cuartos si son grandes).
   • Si son muy grandes y duros, quitar los pelitos centrales con una cuchara vacía melones (se puede usar una cuchara normal). Seguramente si son alcachofas muy frescas y buenas esto no te hará falta.
   • Ir dejando cada alcachofa a medida que están limpias en un bol con agua y un chorrito de limón para que no se oxiden y se pongan negras.
2. En una olla poner a hervir agua abundante con un par de pellizcos de sal. Cocer en ella las alcachofas hasta que se queden al dente (se tienen que poder atravesar con un cuchillo afilado, pero no hace falta que estén demasiado cocidas).
3. Escurrir bien las alcachofas, y secarlas lo más posible con papel absorbente.
4. Freírlas en abundante aceite caliente. Yo uso la freidora, pero podrían hacerse en un cazo o sartén con mucho aceite. Lo importante es que estén completamente cubiertas, y si hace falta fríelas en un par de tandas.
5. Freír hasta que estén doraditas y las hojas exteriores hayan quedado crujientes.
6. Sacar las alcachofas y retirarles todo el aceite. Para ello te recomiendo que primero las dejes reposar unos segundos en un colador y luego las pases a un plato con papel absorbente.
7. Servir en una fuente y poner por encima queso parmesano recién rallado.